«LE JAUNE, DU REJET À L’EMBRASEMENT SOLAIRE» – CHAPELLE

En francés
Debido a que está ampliamente disponible, el pigmento ocre amarillo es uno de los primeros colores utilizados en el arte, como lo revelan las cuevas adornadas del Paleolítico. Todavía presente en las pinturas pompeyanas, es en la Edad Media que se deprecia: asociado a Judas Iscariote, se utiliza para identificar a todos los parias de la sociedad. Y va a durar varios siglos.

Ya en el siglo XVIII, y sobre todo en el siglo XIX, la tendencia se invierte: el amarillo representa la radiación, la luz, el sol, como lo expresa Van Gogh desde Arles: «¡Ahora tenemos un buen clima cálido y sin viento que me beneficia enormemente, el sol, una luz que, a falta de una mejor palabra, no puedo llamar amarillo, amarillo azufre brillante, oro limón pálido, como el amarillo es hermoso! »
El siglo XX prolonga el resplandor solar.

Ciclo: El color en la pintura occidental a lo largo de los siglos
El color. ¡Qué vasto tema tan fundamental en el arte! Quizás sea lo que percibimos en primer lugar en una obra y, como dice Delacroix, el color es por excelencia la parte del arte que posee el don mágico. Mientras que el sujeto, la forma, la línea se dirigen en primer lugar al pensamiento, el color no tiene sentido para la inteligencia, pero tiene todos los poderes sobre la sensibilidad».
Este ciclo propone una mirada atenta a los colores en la pintura occidental a lo largo de los siglos, seleccionándolos uno tras otro para mostrar su uso específico según las épocas.

Ponente: Marie-Laure Ruiz-Maugis, historiadora del arte